Francia. Diez días llenos de sensaciones y emociones que todos nosotros desconocíamos. Sensaciones y emociones que si no has vivido, podría intentar describirlas, pero es imposible hacerlo con palabras. Todas esas tardes en el parque de Oloron o en Puerto Venecia; por las excursiones a Pau, Biarritz y Lourdes; por todas esas palabras y expresiones que no entendíamos y que ahora nos sabemos de memoria; por el último día que lo pasamos en la bolera… Esas familias que tan bien nos acogieron en sus casas, y que nos enseñaron los alrededores, esas amistades que hemos hecho con gente con la que no teníamos en mente coincidir, pero que nos integraron como si de allí fuéramos, esas expresiones que les enseñamos nosotros también porque ellos no las conocían, y querían saber su significado, por ese francés principiante que ha pasado a ser francés de nivel medio, por todo eso. Creo que hablo en nombre de todos cuando digo que estamos muy agradecidos con Raquel por semejante experiencia inolvidable que nos ha organizado, porque ya sabemos que no ha sido nada fácil. Lo he intentado describir de la mejor manera posible, olvidando algo que he dicho nada más comenzar a escribir esto; que es imposible de expresar con palabras tal experiencia. Por todo esto y más, gracias.
