Durante los días 21 y 23 de marzo las clases de 1º de la ESO realizamos una excursión a Etopia. Etopia, es un Centro de Artes y Tecnología comprendido por 3 modernos edificios. Uno de los edificios consiste en un hotel de 40 habitaciones, para que artistas extranjeros se alojen allí mientras en sus instalaciones están desarrollando su proyecto. Otro edificio da lugar al auditorio y en su fachada podemos observar una macro pantalla (la más grande de España), que se ilumina por la noche, es impresionante. El último edificio es donde se ha desarrollado la actividad, y ahí se encuentran todos los laboratorios y salas.
Al llegar, almorzamos y minutos más tarde comenzó la visita. Visitamos el auditorio de 250 plazas, aunque solo lo vimos desde lejos ya que en ese momento preciso, se estaba realizando una actividad. Nos dividieron en 2 grupos. En mi caso, mi grupo y yo comenzamos la visita en el laboratorio de sonido.
Nuestra guía, Nieves, nos explicó que allí estábamos aislados de cualquier sonido y que principalmente lo que se hacía en la sala era escuchar. Allí había 5 altavoces que estaban puestos en unos lugares concretos para que así la persona que estuviese escuchando tuviese una mejor experiencia. Primero, estuvimos en silencio, realmente no se oía nada. Después, Nieves nos puso una canción, cerramos los ojos y percibimos todo el sonido, la reverberación, las ondas sonoras… A continuación, elaboramos una canción a través de un programa de edición de audio. Empezamos añadiendo beats, luego tambores, cellos, guitarras eléctricas y pianos electrónicos. Por último, añadimos una voz, a la cual pusimos el famoso “autotune”. Nos gustó mucho el resultado. Fue una experiencia única y divertida.
Más tarde, pasamos a otra sala (sala reverberante) donde nos enseñaron algo alucinante. Consistía en un proyecto, La arquitectura de la amistad del artista y músico Santiago Latorre. En él, a través del movimiento pudimos llegar a modificar, voces, luces y sonidos. Nos hizo una performance de la misma muy entretenida. Luego nos explicaron que dependiendo de la posición de las muñecas y los pies podíamos cambiar la intensidad del sonido, el parpadeo de luces, y la cantidad de aire que expulsa un ventilador. La mayoría probamos este experimento y fue muy apasionante. Después, nos dijo que dependiendo de la posición de los brazos podíamos cambiar nuestra voz al cantar, fue impresionante. Una vez más, salimos muchos a probar este proyecto cantando con nuestros característicos timbres, siendo modificados por un ordenador dependiendo de nuestro movimiento. De verdad que fue increíble. El artista, nos comentó que lo más difícil de este trabajo es pensar lo que realmente quieres hacer y el tener que aprender a usar el programa informático. Además, dijo que tardó 5 años en desarrollar el proyecto pero que si tuviera que volver a hacerlo, ahora tardaría 5 días.
Finalmente, terminamos la visita, fue una pena, ya que no pudimos ver la exposición de productos elaborados con biomateriales por problemas organizativos en sus instalaciones.
Desde mi punto de vista, es una experiencia única, divertida y totalmente recomendable.
SARA DE LA MANO 1º ESO A