El “BUEN TRATO” se enseña, se aprende, se practica y queda para siempre

En los colegios de los Agustinos Recoletos en España existen programas para animar la convivencia escolar, resolver cuanto antes conflictos e impedir que puedan agravarse. También para identificar y actuar lo antes posible en casos de maltrato o acoso.

Los colegios son instituciones donde se educa y cuida a personas que, en el contexto escolar, aprenden que es importante cuidarse y cuidarnos. La escuela repiensa su misión, quiere superar un modelo proteccionista basado en la “búsqueda de entornos seguros” con otro de “formación integral”, en el que se tejen las relaciones desde la reciprocidad, la confianza y el respeto, valores sociales que después se aplicarán durante toda la vida.

Este nuevo modelo protege, promueve y practica la cultura del buen trato. La consecuencia es la protección efectiva de todas las personas de la comunidad escolar, independientemente de su edad y tarea: alumnos, docentes, personal no docente y de servicios, equipos directivos…

Las estrategias de buen trato y cuidado mutuo garantizan el desarrollo integral en el entorno escolar y llegan así, con el tiempo, a toda la sociedad. Los términos “cuidar” y “cuidado” son pensamiento y acción, se manifiestan con la presencia y con el afecto.

En los centros de los Agustinos Recoletos en España hay algunos programas educativos concretos diseñados desde este nuevo modelo escolar. Presentamos tres de ellos: dos programas educativos (Alumnos ayuda y Mediadores) y una aplicación informática (#ConvivApp).

“ALUMNOS AYUDA”
Todos, en nuestra etapa de estudiantes, tuvimos compañeros reconocidos y valorados por sus cualidades y atención, por generar un buen clima de convivencia y de apoyo al estudio, por ser proactivos a la hora de evitar o resolver conflictos. Su influencia positiva se dejaba notar en la convivencia, en clase, en los pasillos, en los patios, en los recreos, en el polideportivo.

El programa “Alumnos ayuda” permite, de forma sistemática, que en la vida cotidiana del centro todos sepan a quién acudir en busca de ánimo, de apoyo en la dificultad, de escucha, de comprensión. Otro de sus papeles es identificar a quienes están tristes, decaídos o preocupados, para poner en marcha cuanto antes acciones de apoyo y escucha.

Los alumnos-ayuda no proceden de una extraña clasificación de “bondad” o de comparaciones entre unos y otros, sino que destacan por sus habilidades de comunicación, empatía y resolución de conflictos; los de más edad acompañan y ayudan a los menores.

En el Colegio Romareda de Zaragoza este programa recibe el nombre de “Hermano Mayor”. Son alumnos de 4º de Secundaria (de 16 años) los que tutorizan a los de 1º (de 12 años): apoyan su integración, alegran la convivencia, promueven que haya un pacífico salto de etapa, desde la Primaria a la Secundaria. Esther es la responsable de este programa:

“Este proyecto surge del deseo de aumentar la participación del alumnado en la buena convivencia, dándoles mayor responsabilidad y protagonismo. Con el programa logramos que un grupo de alumnos quieran mejorar la convivencia y ayudar a sus compañeros.
Hablamos de voluntarios con un perfil de liderazgo positivo, que inspiran confianza, que saben escuchar y están dispuestos a ayudar. Se forman con el Departamento de orientación en habilidades de comunicación, gestión de las emociones y solución de conflictos. Los ayudantes son un observatorio privilegiado de las relaciones sociales en el Colegio, proporcionan ideas y propuestas interesantes para mejorar la convivencia escolar.
En nuestro caso, los alumnos-ayuda acogen al alumnado de primer año de Secundaria, procedentes de Primaria, y les ofrecen información sobre la nueva etapa. Detectan situaciones de riesgo y derivan aquellos casos que puedan tener mayor relevancia. Llevan un seguimiento personalizado del alumnado tutorizado.
De este modo, sirven de referente próximo para los alumnos a su cargo; escuchan activamente al alumnado tutorizado y muestran interés por sus preocupaciones; ayudan en la resolución de conflictos; favorecen la convivencia; colaboran en la formación del alumnado tutorizado en habilidades sociales; promueven la integración con actividades durante el recreo o en las sesiones de tutoría…
Aunque pueda parecer que el beneficio inmediato recae sobre los tutorizados, en los mayores también favorece la autoconfianza, adquisición de habilidades sociales, los sentimientos de responsabilidad y empatía, la educación emocional y la autonomía en la resolución de conflictos.”

Hemos preguntado a Javier e Inés, alumnos tutorizados de primero de secundaria, sobre su experiencia:

¿Cómo definirías a tu “hermano mayor”?

Mi hermana mayor es muy maja, siempre nos ayuda cuando tenemos un problema y, si nos ve en un apuro, nos echa una mano y nos comprende.

¿En qué cosas te ha ayudado?

Al principio del curso nos dio muchos consejos sobre cómo era la Secundaria, cómo teníamos que estudiar, cómo eran nuestros profesores, cómo serían los exámenes y cómo podíamos sacar buenas notas.
Ahora cuando nos reunimos hacemos otras actividades y jugamos con ella, hacemos asambleas en el patio… Incluso nos han dicho que vendrán a clase para hacer con nosotros una tutoría en la siguiente evaluación.

¿Te gustaría ser hermano mayor en el futuro?

Me lo tendría que pensar un poco, pero yo creo que me atrevería. Me gustaría ayudar a otros chicos a que se adapten a la Secundaria y a que tuviesen confianza en mí. Eso sí, me tendría que preparar. Hay muchos cambios de Primaria a Secundaria y, como ya lo habremos vivido completamente, tendremos experiencia y sabremos cómo hacerlo.

“MEDIADORES”
La mediación es un procedimiento por el cual una tercera persona, neutral, facilita la comunicación y ayuda a las partes para que puedan negociar hasta llegar a un resultado mutuamente aceptado. La mediación tiene valor educativo en sí misma, pues enseña que hay muchas vías de solución de problemas, pero el enfrentamiento no es una de ellas.

Los mediadores son alumnos de 3º y 4º de Secundaria, identificados con una pulsera especial, que intervienen en esas discusiones cotidianas en el aula antes de que enrarezcan el ambiente general. También lo hacen en discusiones entre amigos que no conlleven agresiones físicas, humillaciones o vejaciones. Cuando así ocurre de modo efectivo, el asunto lo trata directamente el coordinador de convivencia del Colegio.

El programa de Mediadores tiene otra experiencia significativa y educativa: reforzar la parte positiva de cada persona y aprender a escuchar al otro. Aitana es una alumna mediadora del Colegio San Agustín de los Agustinos Recoletos en Valladolid.

¿Cuáles son las fases del proceso de mediación?

La primera fase es la remediación, en la que los protagonistas son abordados individualmente. Los mediadores nos presentamos, pedimos a cada uno su visión del problema y nos despedimos.
La segunda fase es la presentación de las personas y de las reglas del juego: reunimos a los dos protagonistas, nos presentamos formalmente todos, explicamos las normas del diálogo y se decide quién comienza a contar su problema, explicar su opinión y expresar sus sentimientos.
En la tercera fase está la aclaración del problema mediante algunas preguntas más concretas. Luego resumimos lo expuesto por cada protagonista para tener una visión de conjunto.
En la cuarta fase proponemos soluciones tanto los protagonistas como los mediadores. En el caso de conflictos complejos, se aborda cada asunto en orden de menor a mayor complejidad.
Por último buscamos llegar a un acuerdo que deciden ambos protagonistas como solución realista y posible. Se redacta por escrito y es confidencial. Luego se realiza un seguimiento de su cumplimiento.

¿Puedes darnos un ejemplo de mediación de éxito?

Dos alumnos se pelearon en el recreo. Hablamos con cada uno individualmente y ambos defendían que era el otro quien había empezado a insultar.
Tras explicarles las reglas, escuchar cada punto de vista y compartir sus emociones, resumimos lo ocurrido y empezamos a hacer preguntas concretas: la animadversión, ¿surgió hace poco o mucho tiempo? ¿Empezaron los insultos como forma de pique? ¿Cuándo los insultos empezaron a ser de mayor importancia?…
La solución consensuada fue pedirse perdón, no tener más contacto del necesario, no insultarse y, en caso de repetirse la situación, no llegar nunca al conflicto físico. Ambos firmaron el acuerdo mutuo en un papel.

¿Qué sientes al llevar esa pulsera de mediador?

Personalmente, me siento con un poco de responsabilidad, pues debo dar ejemplo por el trabajo que realizo y debo ayudar de una manera igualitaria a personas que pueden ser mis amigas, conocidas o desconocidas, o incluso personas con las que prefiero no relacionarme.
A la par, me siento contenta debido a que mis compañeros confían en mí para realizar la mediación en cualquier conflicto.

#CONVIVAPP
El Colegio San Agustín de Valladolid recibió el Premio a la convivencia entre el alumnado otorgado por la Consejería de Educación de la Junta de Castilla y León por la implantación del programa #ConvivApp, que lleva en funcionamiento desde el curso 2020-2021.

Este programa consta de una aplicación informática que sirve para identificar lo antes posible y actuar de manera inmediata ante cualquier incidencia relacionada con el maltrato —físico o psicológico— y el acoso —real o virtual—. Todos los alumnos y profesores de Secundaria tienen instalada esta aplicación en sus dispositivos móviles.

El uso de la aplicación permite, de forma sencilla y anónima, comunicar cualquier situación por la que los alumnos estén pasando o de la que hayan sido testigos. Los propios alumnos, a base de usar la aplicación de modo propositivo, han ampliado su uso para cualquier asunto de convivencia en el aula y en los recreos.

De todas las incidencias que llegan por la aplicación se estudia una solución. Los tutores de los alumnos afectados de la situación son informados y, cuando es procedente, se informa a las familias del proceso. Además, el equipo de profesores coordinadores de la aplicación, los alumnos Mediadores y los alumnos Ayuda tienen comunicación directa y celebran reuniones presenciales.

Alberto es el responsable de #ConvivApp en Valladolid:

¿Cómo surgió esta idea?

El grupo de profesores responsables de los alumnos Ayuda y Mediadores nos reunimos en febrero de 2020 para ver cómo unir convivencia escolar y Tecnologías de la información y de la comunicación.
Una compañera que había vivido en Estados Unidos había usado una aplicación parecida, de lo que salió una primera idea que denominamos See something, say something (ves algo, di algo).
Como todos los alumnos cuentan con dispositivos móviles, en este caso tablet, diseñamos una aplicación que los alumnos de Secundaria y Bachillerato pudieran tener fácilmente accesible. Diseñamos un icono y la idea se puso en marcha.

¿Cómo funciona desde el lado de los profesores?

En cuanto algún alumno entra en ConvivApp y rellena el formulario, nos aparece un aviso en el correo. Luego tomamos nota en nuestro diario, añadimos las observaciones que sean necesarias y hacemos seguimiento del caso.
En cuanto nos llega el asunto o incidencia ponemos a trabajar a los alumnos Ayuda y son estos los que observan la situación más de cerca y nos informan a los responsables.

¿Y TÚ QUE OPINAS? 

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