pero también es para ti: debemos transmitir la verdad en la caridad
Con motivo de la 57ª Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales que se celebra el 21 de mayo de 2023, día de la Ascensión del Señor, el Papa ha dedicado un mensaje bajo el lema “Hablar con el corazón, ‘en la verdad y en el amor’ (Ef 4,15)”, en el que promueve una comunicación de corazón a corazón, que siembre paz y cordialidad.
En un mundo en el que parece que solo triunfan las malas noticias, los titulares con expresiones llamativas y agresivas, los enfrentamientos verbales, la difusión de mentiras… parece todo un acto revolucionario pretender un diálogo cordial con alguien que puede no pensar como yo, ¿verdad?
Jesús nos dice en el evangelio de Mateo: “Habéis oído que se dijo: Amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo. Pues yo os digo: Amad a vuestros enemigos y rogad por los que os persigan” (Mt 5, 43-44). Este acto revolucionario de amor es el que se nos propone hoy, día de las Comunicaciones Sociales, en el que el Papa dirige una propuesta instructiva sobre el proceder cristiano, ya sea para los que trabajan en los propios medios de comunicación, o para cualquier persona, de cara a llevar a cabo una comunicación al modo de Jesús.
A continuación, se realizará una reflexión en torno a los pilares fundamentales del mensaje del Papa para esta celebración; no obstante, antes de empezar a describir cada idea, me gustaría enfatizar que, aunque lo que a continuación se escribe se puede tomar como una lectura ligera o un artículo meramente interesante, sería más provechoso considerar este mensaje como una llamada particular a practicar una serie de hábitos que mejorarán la calidad de tu comunicación en el amor, colaborando con tu desempeño fraternal con los demás.
Para empezar, el Papa nos lanza una primera idea en torno a la importancia de la comunicación cordial y, para ilustrar lo que quiere decir con esto, nos remite al pasaje del “misterioso Peregrino que dialoga con los discípulos que van hacia Emaús después de la tragedia consumada en el Gólgota. Jesús resucitado les habla con el corazón, acompañando con respeto el camino de su dolor, proponiéndose y no imponiéndose, abriéndoles la mente con amor a la comprensión del sentido profundo de lo sucedido” (Lc 24,32).
Con este ejemplo, vemos en el proceder de Jesús la puesta en práctica de la verdad en la caridad, sin imposiciones ni declaraciones tajantes que se cierren en banda, sino el diálogo “con el corazón y con los brazos abiertos” a la acogida, a la escucha, ya que, “a veces, el hablar amablemente abre una brecha incluso en los corazones más endurecidos”, y es preciso partir de la cordialidad para que este fenómeno tenga lugar.
Siguiendo su discurso, el Papa Francisco nos anima a buscarla comunicación de corazón a corazón siguiendo el modelo de san Francisco de Sales, patrono de los periodistas católicos.
Una de las frases más célebres del santo: “Basta amar bien para decir bien”, nos hace conscientes de que “somos lo que comunicamos”; y, por tanto, cuanto más fundados estemos en el amor, más lo estará también aquello que salga de nuestra boca (“De nuestra boca no deberían salir palabras malas, sino más bien palabras buenas «que resulten edificantes cuando sea necesario y hagan bien a aquellos que las escuchan»”).
El Papa destaca de San Francisco su “actitud apacible, su humanidad, su disposición a dialogar pacientemente con todos, especialmente con quien lo contradecía”, señalando que este modo es el que nos permitirá ser testigos extraordinarios del amor misericordioso de Dios.
No podemos olvidarnos de la importancia de la escucha en el proceso sinodal que estamos viviendo: “De una escucha sin prejuicios, atenta y disponible, nace un hablar conforme al estilo de Dios, que se nutre de cercanía, compasión y ternura. En la Iglesia necesitamos urgentemente una comunicación que encienda los corazones, que sea bálsamo sobre las heridas e ilumine el camino de los hermanos y de las hermanas.” En nuestras manos está la siembra de la paz y la concordia allá donde falte, y ante la tendencia mayoritaria de desentenderse de las necesidades de atención y escucha, los comunicadores recibimos una llamada específica a presentarnos al servicio; ya que, para comunicar, uno debe antes hacerse humilde e informarse convenientemente para así transmitir la verdad en la caridad.
En definitiva, el Papa titula su último apartado del mensaje “Desarmar los ánimos promoviendo un lenguaje de paz”. Proclama que “hablar con el corazón es hoy muy necesario para promover una cultura de paz allí donde hay guerra; para abrir senderos que permitan el diálogo y la reconciliación allí donde el odio y la enemistad causan estragos.” Por ello, son especialmente necesarios los comunicadores que velen por el diálogo y por el compromiso con el desarme de toda pretensión belicosa; comunicadores que entiendan su profesión como misión, y se comprometan y se arriesguen con el fin de instaurar paz en los corazones en conflicto.
“Del corazón brotan las palabras capaces de disipar las sombras de un mundo cerrado y dividido, para edificar una civilización mejor que la que hemos recibido”, y por ello se propone una comunicación desde la verdad del corazón, ya que solo esta es capaz de abrir senderos de encuentro en medio de tanta división y corrupción.
Desde el ánimo de construir entre todos una comunicación más cristiana que cultive la paz y la caridad en los corazones, nos acogemos a las oraciones de petición que nos propone el Papa en este día:
Que el Señor Jesús, Palabra pura que surge del corazón del Padre, nos ayude a hacer nuestra comunicación libre, limpia y cordial.
Que el Señor Jesús, Palabra que se hizo carne, nos ayude a escuchar el latido de los corazones, para redescubrirnos hermanos y hermanas, y desarmar la hostilidad que nos divide.
Que el Señor Jesús, Palabra de verdad y de amor, nos ayude a decir la verdad en la caridad, para sentirnos custodios los unos de los otros.
¿Y TÚ QUE OPINAS?