TEMPLO DE NUESTRA SEÑORA LA BLANCA DE MARCILLA

El templo de Nuestra Señora la Blanca de Marcilla acoge fieles de la Navarra media para celebrar a santa Rita

El reparto de rosas, las Eucaristías y dos exposiciones en el claustro del convento llenaron el programa de actividades, del que participaron personas de toda la comarca, con la colaboración de la Parroquia local y la Fraternidad Seglar Agustino-Recoleta.

Tras la pandemia, Santa Rita no ha perdido su poder de convocatoria en Marcilla (Navarra) y en los municipios próximos de esta zona de la ribera media del Ebro. El convento de los Agustinos Recoletos ha sido centro de irradiación de la devoción a la santa de Casia durante casi un siglo.

Por los años 30 del siglo XX se comenzó a celebrar un triduo que se convirtió en novena y que, año tras año, ha convocado a miles de devotos de la comarca hasta que la pandemia cortó de raíz desplazamientos y reuniones masivas. En este 2023 de aparente normalidad, sin embargo, santa Rita ha vuelto a reunir a sus devotos.

La novena se abrió el día 14, con el bullicio de los niños de Primera Comunión de la Parroquia local, en la que también sirven los Agustinos Recoletos, y la animación de la eucaristía parroquial principal, trasladada por la ocasión a la iglesia del convento.

Cada día laboral de la siguiente semana hubo cierta afluencia de fieles a la celebración de la novena, aunque en número menor. Los miembros de la Fraternidad Seglar Agustino-Recoleta local, que tiene como patrona titular precisamente a santa Rita, dinamizaron las liturgias.

El lunes 22 de mayo hubo un goteo incesante de fieles en las celebraciones eucarísticas programadas para las 8:30, 10:30 y 12:30; en su mayoría eran mujeres de Marcilla y de las poblaciones aledañas navarras y riojanas.

Por la tarde el panorama cambió radicalmente. En un día de sol espléndido, la plaza arbolada que recibe a los visitantes del convento marcillés fue un continuo bullir de gente que entraba y salía del templo.

La eucaristía principal, a las 18 horas, estuvo presidida por monseñor Eusebio Hernández, agustino recoleto y obispo emérito de Tarazona. El obispo saludó con calor a la multitud de fieles que llenaba a rebosar la iglesia y les propuso el ejemplo de la santa de Casia, animándolos a vivir con entusiasmo la vida cristiana.

Un grupo de novicios agustinos recoletos del noviciado de Monteagudo (Navarra) fueron los acólitos y llevaron la imagen de la santa en la procesión por los jardines conventuales, entre los cánticos de los asistentes.

Esta fiesta popular adquiere tintes de romería y al atractivo espiritual de la devoción a la santa se le suman ingredientes de índole más profana. El principal es el de la tómbola misional organizada por la Fraternidad Seglar Agustino-Recoleta a beneficio de la misión de Lábrea, en el Amazonas brasileño. La Fraternidad Seglar hermana de Lodosa aportó parte de los objetos sorteados a cambio de un donativo misionero.

Otro de los atractivos fue la visita al claustro del convento en la que se podían ver las exposiciones “Somos profetas del Reino”, de carácter misionero, y “Sus cosas”, una retrospectiva sobre la Fraternidad Seglar Santa Rita de Casia de Marcilla con algunos de los objetos que mostraban la existencia casi centenaria de esta Fraternidad, quizá la más antigua de la Familia Agustino-Recoleta.

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