UNA HUERTA CONVENTUAL DE NUEVO ACCESIBLE 200 AÑOS DESPUÉS

El Ayuntamiento de Campillo de Altobuey acaba de recuperar para uso público la llamada “Huerta de los frailes”, que pertenecía al antiguo convento de los Agustinos Recoletos de Nuestra Señora de la Loma, que existió hasta la desamortización de 1835.

El Ayuntamiento de Campillo de Altobuey (Cuenca, España) ha adquirido parte de los terrenos de la conocida como Huerta de los frailes, que pertenecían al convento de Nuestra Señora de la Loma y que en 1835, tras la desamortización de Mendizábal, pasaron a manos privadas.

Estos terrenos explican parte de la historia del pueblo y del convento recoleto. Los Agustinos Recoletos tuvieron ahí su huerta para el abastecimiento de la comunidad religiosa, que llegó a contar con cuarenta religiosos, a lo que hay que añadir la atención que daban a los peregrinos, necesitados y caminantes con un hospicio.

Esta Huerta de los frailes rodea y envuelve el edificio conventual y el santuario de la Virgen de la Loma, que era el templo de la comunidad recoleta. Junto a ello está el llamado Rincón de los Tunos, paraje de gran relevancia para la intrahistoria de Campillo de Altobuey, al ser el lugar a donde acudían los novios e invitados en la tarde del día de la boda jugando a Los Pilares.

Junto al terreno se ha adquirido también el brocal del pozo que estaba en el centro del claustro, hoy centro del albero de la plaza de toros. Es una labor de los picapedreros campillanos del siglo XVIII sencillo, hexagonal y elegante.

El convento de los Agustinos Recoletos tuvo gran influencia en el desarrollo del pueblo y de sus gentes, así como de la comarca de La Manchuela, que también recorrían con dedicación dando atención social y espiritual y recabando limosnas para mantener el hospicio u hospital en el que cuidaban a los enfermos, peregrinos y caminantes y que contaba con 25 camas.

Cerca de Campillo queda también la Quintería de Matallana, que perteneció al convento como hacienda a lo largo del siglo y medio que duró la fundación. Es una casa de campo rodeada de tierras de labor, viñas y olivares, ubicada en el término del Castillejo de Iniesta.

Esta casa fue construida por los Recoletos entre los años 1708 y 1712. Disponía de almacenes, graneros, pajares, bodega, almazara, quesera y otras dependencias. Asimismo, disponían de una pequeña capilla. En Matallana los frailes plantaron siete mil vides y mil olivos.

La casa pasó a manos privadas tras la desamortización y conserva todavía algunos elementos de interés, como el relieve con el corazón agustiniano de la fachada, piezas de rejería y un pilón de piedra con inscripción epigráfica.

La construcción de la casa se inició siendo prior del convento fray Pedro de San José, el fraile arquitecto que construyó el convento de Campillo. Fue prior provincial y permaneció como prior en Campillo durante veintidós años, más de lo que permitían las Constituciones recoletas, que lo limitaban a dos trienios.

En redes sociales, los campillanos han animado a su Ayuntamiento a continuar con la tarea de recuperación y protección del patrimonio histórico local, incluyendo el antiguo convento recoleto. Así, han animado a rehabilitar la torre del templo o el mismo claustro, que se usó durante décadas como plaza de toros.

 

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