¡Pasajeros al tren! Y los niños y niñas de 3º montamos en un simpático tren para llegar hasta las puertas del Galacho.
En Juslibol, un barrio de nuestra ciudad, descubrimos un paisaje natural lleno de curiosidades.
El río Ebro, allá por el año 1961 cambió un poco su cauce y dejó abandonado un meandro. Y poco a poco la vegetación y los animales encontraron un pequeño paraíso para vivir.
Una barrera invisible separa dos ecosistemas muy diferentes. El color blanquecino del yeso a un lado, y el verde de la vegetación al otro, nos hablan de la estepa y del soto.
Subimos unas escaleras labradas en la tierra hasta el mirador de la estepa y desde allí vimos los campos de cultivo, las casas, los árboles, el río y un cielo azul que nos cubría y que nos traía de vez en cuando, un viento suave.
Reconocimos huellas y restos de algunos mamíferos (conejos, jabalíes, corzos…) y nos ayudaron a identificar algunas aves. Nos hubiera gustado ver anfibios, reptiles, peces… pero nuestras voces los asustan y esperan a que nos alejemos para salir de sus escondites. Las plantas también centraron nuestra atención, sobre todo el romero y los escaramujos.
Hemos aprendido también que este no es el lugar adecuado para abandonar mascotas y otros animales que nos han regalado (tortugas, reptiles, algún ave…) y que ya no podemos, o queremos cuidar. No es su hábitat natural y amenazan la vida de otros animales que siempre han vivido aquí.
La visita nos supo a poco, pero lo pasamos muy bien y hemos aprendido cosas muy, muy interesantes de este entorno natural.